25.9.12

Las figuras de Gilbert Nader*


El peor día en la vida de Gilbert Nader fue cuando, siendo niño, se inundó su casa, situada en Puerto Azul, y perdió todos sus muñecos. Recordar las anécdotas que han marcado su afición lo pone nervioso y emocionado a la vez. Para este fanático de los cómics y todo lo referente a ellos, coleccionar no es tanto un pasatiempo sino un modo de vida.

“De niño siempre peleaba con mi hermano, una vez me dijo ‘ven a ver una cosa’, yo me asomé a la ventana y vi una bola de fuego abajo. Me señaló la repisa y vi que faltaban los muñecos de G.I. Joe. ¡Me los había quemado! Ese día casi lo mato”.

El valor de una colección radica, principalmente, en su estado de conservación. Los coleccionistas no juegan, solo reúnen objetos y se maravillan al verlos. A los 7 años, a Nader no le importaba tanto mantener sus juguetes dentro de una caja, se divertía con los autos de Hot Wheels y las figuras de acción del Capitán América, Superman, Batman, Spiderman, entre otros. Leía cómics y se imaginaba a sí mismo adentrándose en ese mundo. La intriga creció cuando supo más de la historia de cada personaje, su actitud y personalidad.

A los 8 años, comprendió que era un coleccionista. Cuando su hermana mayor se casó, la recepción fue en la casa de una de sus tías. En la noche, él tenía sueño y al irse a dormir a la habitación de un primo suyo, vio montones de muñecos en cajas y le dijo: “Primo, déjame jugar”, a lo que él le respondió: “¡Estás loco! Son intocables”. Tenía cuatro repisas llenas de muñecos y hasta hoy quiere que se los venda.

“Todo coleccionista viene de una gran infancia con muchos muñecos; luego, cuando creces, te das cuenta de lo que cuesta no abrirlos y tenerlos en una vitrina, pero a llegar a tu casa y verlos te sientes b bien”.

Actualmente posee 127 figuras, entre representaciones de Dragon Ball Z, Avengers (clásicos y actuales), Marvel Comics, Smack Down, Star Wars y la Liga de la justicia. Algunos los ha vendido; otros, regalado. Sus hijos se encuentran entre los principales beneficiados. “Ellos todavía no tienen noción de nada. Me han abierto muñecos, pero no me arrepiento, aunque sí duele, duele bastante”.


Para este comerciante guayaquileño, esto no es solo un pasatiempo ya que logró transformar su pasión en un negocio rentable. Hace cuatro años estaba en un local de juguetes y se imaginaba en una isla de muñecos. La instaló y el primer día vendió cerca de 400 dólares.

Su favorito es el Capitán América. “Me encanta porque no tiene esa fuerza extraterrestre o sobrenatural de otros personajes. Es más humano, más apegado a la realidad”. El preferido es uno que lleva un paracaídas, fabricado en 1974. “Este lo traje de Estados Unidos, me costó casi 90 dólares. Ahora me han ofrecido hasta 200 dólares pero no lo vendo”.

Batman es otra de las figuras importantes de su colección. Últimamente se ha puesto de moda gracias a las películas de Christopher Nolan y todo el mundo quiere uno, o así lo asegura Nader, quien posee algunos y mucha gente desea comprárselos pero tampoco los vende. “Me gusta el muñeco del filme The Dark Night, es totalmente negro. No es tan antiguo pero es el que más llama mi atención”.

El valor total de los muñecos que atesora Nader llegaría a los 8.000 dólares, según un cálculo estimado. El objeto más caro es una nave espacial de Star Wars, que le costó 350 dólares y por la que le ofrecieron 700.

A pesar de que se dedica a nutrir las colecciones de otros, Nader ni siquiera se plantea la posibilidad de vender la suya. “Prefiero vender camarón o pastelillos en la calle. Es intocable. No sé si el día en que muera mis hijos la vendan, pero antes no”.

Si de adquisiciones se trata, es un hombre que no se limita. Si ve algo que le gusta y que no es igual al resto, lo compra. Sin embargo, la nave de Star Wars le pareció costosa, “no creo que vuelva a pagar lo mismo por un muñeco, si fuera millonario no tendría limites”, comenta entre risas.

(*) Publicado en la revista Expresiones del diario Expreso, el 25 de septiembre de 2012.