18.9.16

Coetzee se pronuncia cotsía*


En la película Diamante de sangre, Leonardo DiCaprio interpreta a un traficante que busca como sea hacerse rico y salir de África. Hacia el final, cuando yace herido en la ladera de una montaña, tiene una revelación al ver cómo se mezcla la sangre que sale de su cuerpo con la tierra rojiza que lo acoge. No hay otro lugar donde deba estar.

Se lo insinuó antes su mentor, el coronel Coetzee: “Este es tu hogar, nunca dejarás África”. Es muy probable que no lo sea, pero quizás este coronel fue concebido a partir de la obra de su tocayo, el nobel J. M. Coetzee (Ciudad del Cabo, 1940). En ambos hay audacia, lucidez, sensibilidad y, sobre todo, una dura determinación.

Coetzee (pronunciado “cotsía”) nació en una familia de afrikáners –descendientes de colonos holandeses– y ha dicho que desde el 1 de enero de 1970, cuando se encerró para comenzar su primera novela, no ha dejado de escribir nunca. Ese es su mito de origen, pero lo cierto es que antes, tras estudiar literatura y matemáticas, ya había publicado poemas en revistas universitarias.

La discreción y la seriedad de Coetzee son harto conocidas, pero una mirada atenta a su obra muestra que su vida y su tiempo ya están ahí desde el primer libro. Tierras de poniente, por ejemplo, ajusta cuentas con la figura paterna como La edad de hierro lo hace con la materna; en Desgracia están los conflictos del fin del apartheid como en Hombre lento están los ocasionados por la migración (Coetzee es ciudadano australiano desde 2006); y en casi todos: el Karoo, el desierto donde creció y que será siempre su hogar.

En la feria del libro de Guayaquil, Coetzee tiene previsto dar una conferencia y leer un trabajo inédito. Oportunidad única para escuchar a quien tal vez sea el escritor vivo más importante.

(*) Publicado en Vida y Estilo, sección cultural de El Universo, el 8 de septiembre de 2016.