28.7.15

Guayaquil recupera su feria del libro*


Del 12 al 15 de agosto los guayaquileños tendrán un nuevo espacio para encontrarse con los libros y sus autores. El Municipio, consciente de que la lectura favorece la capacidad crítica de los ciudadanos y beneficia la vida en comunidad, ha unido esfuerzos con Expoplaza, una empresa de larga trayectoria en organización de eventos, para hacer la Feria Internacional del Libro 2015 en el Centro de Convenciones.

Durante los cuatro días de feria, los asistentes tendrán a su disposición un extenso programa que incluye no solo la literatura, sino también el cine, el teatro, las series de televisión y las nuevas tecnologías. Participarán varios de los más destacados escritores latinoamericanos: los colombianos Jorge Franco, autor de la famosa novela Rosario Tijeras, y la poeta y novelista Piedad Bonnett; el peruano Alonso Cueto, ganador del Premio Herralde; los argentinos Rodrigo Fresán, autor de La parte inventada, Claudia Piñeiro, cuyas novelas ahora son éxitos del cine, y la periodista Leila Guerriero; completa la nómina la joven escritora chilena María José Navia, quien entre sus actividades dará un taller de creación de cuentos para niños.

La literatura ecuatoriana estará bien representada por autores consolidados como Gabriela Alemán, Leonardo Valencia y Óscar Vela, además de otros talentos como María Fernanda Ampuero, Íñigo Salvador y Mónica Ojeda. La lista la completan una treintena de escritores, dramaturgos, guionistas, productores teatrales, investigadores y periodistas.

La feria estará dividida en varias zonas. Además del área de exposición, donde estarán las principales librerías y editoriales, se ha implementado varias salas para conversatorios, mesas de diálogo y presentaciones de libros. Uno de los puntos fuertes de esta feria es la zona infantil y juvenil, que contará con un pabellón independiente con salas de juego y de lectura, talleres y presentaciones en vivo de escritores como Mónica Varea, Juana Neira, Edna Iturralde y Cecilia Velasco. En esta ocasión se integra el Festival Ciudad Mínima a la feria.

Los estudiantes guayaquileños tienen la oportunidad de participar en dos concursos: uno de dibujo sobre la novela de Franz Kafka, La metamorfosis, y otro de cómic sobre Don Quijote. Y se busca incentivar la producción literaria con el primer concurso de novela Miguel Donoso Pareja, en honor del recientemente fallecido escritor guayaquileño; el premio es de diez mil dólares.

Una feria del libro no solo debería servir para que los lectores conozcan a los autores. Mejor: debería ser el lugar donde confluya la cultura libre, que tiene en Guayaquil el lugar ideal para su desarrollo, pues nace del mundo comercial y prospera con el incentivo del diálogo y la lectura. Así, la ciudad se convierte en un destino para leer y crecer.

(*) Publicado en Vida y Estilo, sección cultural de El Universo, el 28 de julio de 2015.

23.7.15

Marcelo Chiriboga

Fotografía de Buzac Marius
Reescribí ligeramente mi desaparecido cuento "Teoría de la casa" para la revista mexicana Hermano Cerdo: "Marcelo Chiriboga".

"Venía pensando en reescribir la literatura ecuatoriana por completo. En armar una novela que fuera un sofisticado pastiche a modo de juicio sumario. Con algo de mentira, claro, como asignar categorías no del todo reales para cada escritor. Escribir, por ejemplo, que Gabriela Alemán es la progre consentida de la conservadora izquierda cultural quiteña; o que, para ir más lejos en el tiempo, Pablo Palacio es el fascista que necesitábamos como sociedad, pero no supimos merecer."

19.7.15

Escritoras en la feria del libro*

Piedad Bonnett y Mónica Ojeda
Narrar el fin

Ya sea porque escribir es su forma de estar en el mundo, porque es su trabajo y deben volver a él, o porque necesitan exorcizar la pena, son muchos los escritores que han recurrido al desolador género de las memorias del duelo. Autores como Rosa Montero, Joan Didion, Héctor Abad Faciolince, Peter Handke, Paul Auster o Julian Herbert han usado la literatura para entender lo que significa perder a alguien cercano y a la vez sostenerse de su recuerdo.

Para Piedad Bonnett, quien reflexiona sobre la vida y la muerte de su hijo Daniel en Lo que no tiene nombre, la literatura existe en tanto da vida. “Vuelvo tercamente a lidiar con las palabras para tratar de bucear en el fondo de su muerte, de sacudir el agua empozada, buscando no la verdad, que no existe, sino que los rostros que tuvo en vida aparezcan en los reflejos vacilantes de la oscura superficie”, escribe la escritora colombiana al comienzo de su libro.

Esta prolífica autora, quien ha publicado varias novelas y volúmenes de poesía, estará conversando durante la próxima feria del libro sobre los mecanismos para narrar la muerte haciendo literatura, sin convertirla en retórica ni caer en el sentimentalismo.

Reescribir los mitos nacionales

Al igual que buena parte de la obra de la consolidada escritora quiteña Gabriela Alemán, la primera novela de la guayaquileña Mónica Ojeda reconstruye ciertos mitos que dieron forma al Ecuador actual. En La desfiguración Silva, que ganó el Premio ALBA de Narrativa 2014, Ojeda hace que sus personajes inventen a un miembro más de los tzántzicos, aquel movimiento político y literario que, como su nombre prefiguraba, redujo la muy bien acomodada cabeza de la cultura en los años sesenta.

Pero esta no es una novela histórica, sino –también como en algunos libros de Alemán– el encuentro de la identidad como ficción y otras estrategias para narrarla, como el cine. Ojeda, quien da clases de literatura en la Universidad Católica de Guayaquil y termina un doctorado sobre el concepto de pornoerótica en varias escritoras latinoamericanas, participará en sendas mesas sobre la producción literaria actual en el país y los modos en que se conjugan el cuerpo y la escritura.

(*) Publicado en La Revista, suplemento dominical de El Universo, el 19 de julio de 2015.

16.7.15

Las damas del antipop


Rescaté para Revista Paco este ensayo sobre el pop autoconsciente y marginal de Lana Del Rey, Lorde y Lykke Li: Las damas del antipop.

"Autoras y personajes a la vez de su propia vida, cada una de ellas representa, a su manera, muchos de los deseos y las frustraciones de la generación de los llamados millennials. Hay en ellas, sin embargo, cualidades que sobrepasan la superficialidad generalizada del pop y las convierte en agentes extraños de un sistema desgastado."